Desarrollo del programa mediante el cuido y manejo de los bosques.
Los bonos de carbono se obtienen a través de un proceso de certificación de proyectos bajo la denominación del Mecanismos de Desarrollo Limpio (CDM, Clean Development Mechanism) que cumplan con al menos una de las siguientes condiciones:
- Reducción o Captura del CO2 de la atmósfera
- Mitigación de las emisiones GEI
- Contrarrestar los efectos del calentamiento global
Los certificados de reducción de emisiones o captación de carbono atmosférico pueden ser posteriormente comercializados en el mercado financiero. Por consiguiente, el Mercado de Bonos de Carbono opera de forma similar a otros mercados en función de la oferta y demanda.
La transacción de los bonos de carbono permite mitigar la generación de GEI, beneficiando a aquellas entidades que no emiten o disminuyen la emisión y haciendo pagar a las que emiten más de lo permitido. Un bono de carbono se convierte en un Certificado de Emisiones Reducidas (CER), por lo que, es equivalente a 1 t CO2 que se deja de emitir a la atmósfera.
Para determinar que el proyecto efectivamente logrará una reducción real, permanente y verificable, tienen que aportarse detalles del proyecto y resultados de las actividades a realizar, de tal manera que será necesario ser auditados, validados y certificados por una firma independiente; dado que es necesario de una conformación tripartita: un primer interviniente, que es la empresa que promueve la iniciativa, un segundo, que es la entidad financiera que proporciona el financiamiento y un tercero, que es una entidad de certificación reconocida.
Existen dos tipos de mercado de los bonos de carbono, el regulado y el voluntario. En el primer caso el mercado se encuentra regulado por gobiernos u organismos internacionales, a través de sistemas de comercialización de emisiones como el de las Naciones Unidas con el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL). Bajo el mercado voluntario la demanda se rige por una decisión de compensación voluntaria de parte de las organizaciones. Por lo tanto, gracias a la participación del mercado voluntario de bonos de carbono, muchas empresas ya cumplen estándares que puedan mitigar el cambio climático y a la vez se gestionan los recursos hídricos de manera más eficiente para lograr mejor las condiciones de los países en vías de desarrollo.